En el anterior artículo expliqué y, espero, aclaré las nociones
sobre calidad del aire y contaminación atmosférica. Voy a seguir ahora
precisando en qué consisten los contaminantes y sus tipos; para ello
repetiré el último párrafo y así se nos refrescará la memoria:
Contaminantes primarios son las sustancias vertidas directamente a la
atmósfera. Contaminantes secundarios son las sustancias que se producen
como consecuencia de las transformaciones y reacciones químicas y
fotoquímicas que sufren los contaminantes primarios en el seno de la
atmósfera.
Entre los contaminantes primarios más importantes se citan: las
partículas (en suspensión y sedimentables), el dióxido de azufre, los
óxidos de nitrógeno, el monóxido de carbono y los hidrocarburos. Las
principales alteraciones atmosféricas producidas por los contaminates
secundarios son: la contaminación fotoquímica, la acidificación del
medio y la disminución del espesor de la capa de ozono.
Las partículas pueden penetrar en el sistema respiratorio del hombre y
las más finas (en suspensión) se depositan en los alvéolos; pueden
llevar además adsorbidas moléculas irritantes de gas o pueden ser
intrínsicamente tóxicas. Sobre las plantas se depositan e interfieren la
fotosíntesis. Sobre los materiales provocan suciedad o daños químicos
cuando transportan sustancias corrosivas. Las partículas también
provocan disminución de la visibilidad a causa de la dispersión de la
luz.
El dióxido de azufre irrita los ojos y el sistema respiratorio y
afecta principalmente a enfermos con dolencias pulmonares o cardíacas.
En las plantas se producen áreas muertas de las hojas y lesiones
crónicas caracterizadas por un amarilleo gradual de las hojas. Los daños
en los materiales son causados por el ácido sulfúrico (contaminante
secundario) que se produce cuando el SO2 se oxida catalíticamente en las
gotitas de agua; es típico el ataque de la caliza, donde los carbonatos
se transforman en sulfatos, que son solubles en agua y más voluminosos
que los carbonatos.
Los óxidos de nitrógeno, principalmente el NO2 que es el más tóxico,
afectan al tracto respiratorio y provocan irritación nasal y ocular. Se
han declarado daños en las plantas cerca de industrias productoras de
estos óxidos, así como una disminución de la tasa de fotosíntesis. Entre
los materiales afectados se citan los tintes, las fibras textiles y las
aleaciones de cuproníquel. Estos óxidos pueden transformarse en acído
nítrico (contaminante secundario) con los consiguientes efectos
acidificantes.
El monóxido de carbono representa una amenaza para la salud por su
capacidad de reaccionar con la hemoglobina de la sangre, con lo que
disminuye la capacidad de ésta para transportar oxígeno. Parece poco
probable que produzca efectos sobre las plantas y los materiales.
La mayor parte de los efectos nocivos de los hidrocarburos no son
causados por los hidrocarburos en sí, sino por los productos formados
cuando sufren reacciones químicas en la atmósfera y generan los
oxidantes fotoquímicos. Estos irritan los ojos, y causan daños a las
plantas y los materiales, y al reaccionar con otras sustancias producen
la “neblina de contaminación fotoquímica (smog)”.
Un oxidante fotoquímico importante es el ozono, que en las capas
bajas de la atmósfera (troposfera) provoca efectos nocivos sobre el
aparato respiratorio, las mucosas y el sistema nervioso, así como la
vegetación. En cambio, en las capas altas (estratosfera) el ozono es un
componente natural y ejerce un papel protector contra la radiación
ultravioleta, la cual es perjudicial para casi todas las formas de vida.
La importancia de la acidificación del medio es debida principalmente
a las grandes cantidades de óxido de azufre y de óxidos de nitrogeno
que son lanzadas a la atmósfera. Una parte de estos óxidos vuelven a la
tierra en forma gaseosa o de aerosoles, predominantemente cerca del foco
emisor: es la deposición seca. Sin embargo, la mayor parte de los
óxidos ya dichos, que se disuelven en las gotas de agua de las nubes y
de la lluvia, y vuelven al suelo con las precipitaciones: es la
deposición húmeda o lluvia ácida, que frecuentemente ocurre a gran
distancia del foco emisor.
La disminución de la capa de ozono en la estratosfera se atribuye,
entre otras causas, a la acción del cloro procedente de las reacciones
que sufren los clorofluorocarbonos cuando se dispersan en la atmósfera.
Por último, hay que tener en cuenta también la contaminación debida a
las formas de energía: ruidos y vibraciones, emisiones luminosas y
radiaciones ionizantes.
En un próximo artículo hablaremos de las principales fuentes de los contaminantes….
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