miércoles, 20 de febrero de 2013

Los contaminantes del aire y sus efectos.

En el anterior artículo expliqué y, espero, aclaré las nociones sobre calidad del aire y contaminación atmosférica. Voy a seguir ahora precisando en qué consisten los contaminantes y sus tipos; para ello repetiré el último párrafo y así se nos refrescará la memoria:
Contaminantes primarios son las sustancias vertidas directamente a la atmósfera. Contaminantes secundarios son las sustancias que se producen como consecuencia de las transformaciones y reacciones químicas y fotoquímicas que sufren los contaminantes primarios en el seno de la atmósfera.
Entre los contaminantes primarios más importantes se citan: las partículas (en suspensión y sedimentables), el dióxido de azufre, los óxidos de nitrógeno, el monóxido de carbono y los hidrocarburos. Las principales alteraciones atmosféricas producidas por los contaminates secundarios son: la contaminación fotoquímica, la acidificación del medio y la disminución del espesor de la capa de ozono.

 Las partículas pueden penetrar en el sistema respiratorio del hombre y las más finas (en suspensión) se depositan en los alvéolos; pueden llevar además adsorbidas moléculas irritantes de gas o pueden ser intrínsicamente tóxicas. Sobre las plantas se depositan e interfieren la fotosíntesis. Sobre los materiales provocan suciedad o daños químicos cuando transportan sustancias corrosivas. Las partículas también provocan disminución de la visibilidad a causa de la dispersión de la luz.
El dióxido de azufre irrita los ojos y el sistema respiratorio y afecta principalmente a enfermos con dolencias pulmonares o cardíacas. En las plantas se producen áreas muertas de las hojas y lesiones crónicas caracterizadas por un amarilleo gradual de las hojas. Los daños en los materiales son causados por el ácido sulfúrico (contaminante secundario) que se produce cuando el SO2 se oxida catalíticamente en las gotitas de agua; es típico el ataque de la caliza, donde los carbonatos se transforman en sulfatos, que son solubles en agua y más voluminosos que los carbonatos.

Los óxidos de nitrógeno, principalmente el NO2 que es el más tóxico, afectan al tracto respiratorio y provocan irritación nasal y ocular. Se han declarado daños en las plantas cerca de industrias productoras de estos óxidos, así como una disminución de la tasa de fotosíntesis. Entre los materiales afectados se citan los tintes, las fibras textiles y las aleaciones de cuproníquel. Estos óxidos pueden transformarse en acído nítrico (contaminante secundario) con los consiguientes efectos acidificantes.
El monóxido de carbono representa una amenaza para la salud por su capacidad de reaccionar con la hemoglobina de la sangre, con lo que disminuye la capacidad de ésta para transportar oxígeno. Parece poco probable que produzca efectos sobre las plantas y los materiales.
La mayor parte de los efectos nocivos de los hidrocarburos no son causados por los hidrocarburos en sí, sino por los productos formados cuando sufren reacciones químicas en la atmósfera y generan los oxidantes fotoquímicos. Estos irritan los ojos, y causan daños a las plantas y los materiales, y al reaccionar con otras sustancias producen la “neblina de contaminación fotoquímica (smog)”.

Un oxidante fotoquímico importante es el ozono, que en las capas bajas de la atmósfera (troposfera) provoca efectos nocivos sobre el aparato respiratorio, las mucosas y el sistema nervioso, así como la vegetación. En cambio, en las capas altas (estratosfera) el ozono es un componente natural y ejerce un papel protector contra la radiación ultravioleta, la cual es perjudicial para casi todas las formas de vida.
La importancia de la acidificación del medio es debida principalmente a las grandes cantidades de óxido de azufre y de óxidos de nitrogeno que son lanzadas a la atmósfera. Una parte de estos óxidos vuelven a la tierra en forma gaseosa o de aerosoles, predominantemente cerca del foco emisor: es la deposición seca. Sin embargo, la mayor parte de los óxidos ya dichos, que se disuelven en las gotas de agua de las nubes y de la lluvia, y vuelven al suelo con las precipitaciones: es la deposición húmeda o lluvia ácida, que frecuentemente ocurre a gran distancia del foco emisor.
La disminución de la capa de ozono en la estratosfera se atribuye, entre otras causas, a la acción del cloro procedente de las reacciones que sufren los clorofluorocarbonos cuando se dispersan en la atmósfera.
Por último, hay que tener en cuenta también la contaminación debida a las formas de energía: ruidos y vibraciones, emisiones luminosas y radiaciones ionizantes.
En un próximo artículo hablaremos de las principales fuentes de los contaminantes….

No hay comentarios:

Publicar un comentario